Carlos Azcarraga (gaming Consultant)
“Las apuestas deportivas han reventado el futbol”. Con estas declaraciones, el Exjugador de Primera División Carlos Aranda saltaba de nuevo a los titulares de varios periódicos españoles y atacaba, una vez más, a un sector que sufre un constante embate en los medios. De igual modo lo sufren Über, Cabify, Glovo, Deliveroo o Airbnb, y es que en España todo lo que sea nuevo, asusta. Más aún a aquellos que, cual caballo con anteojeras, no se preocupan por saber qué hay más allá de los titulares de prensa.
Si por el contrario eres de mente curiosa y te gustaría saber la realidad de lo que ocurre, este artículo es para ti:
Aranda, que ya apuntaba maneras cuando a sus 15 años robaba una moto y que fue detenido en 2004 y 2015 por peleas en bares, y en 2007 por blanqueo de capitales, habría encontrado la manera de meterse en problemas, aunque fuera panadero.
Con sus declaraciones ha echado balones fuera (nunca mejor dicho) y cargado contra un sector que genera empleo directa e indirectamente y produce ingresos para el estado. Entremos en detalle:
· En un caso de amaño de partidos, las primeras perjudicadas son, sin lugar a dudas las casas de apuestas. Primero por el impacto económico que dicho amaño tiene. (si ellos ganan, las casas pierden) y segundo, por el daño a la imagen de un sector que se remonta al siglo XVIII (Las apuestas deportivas). No se equivoquen señores, jugar en bolsa, contratar un seguro, echar una quiniela o jugar a la lotería es exactamente lo mismo desde un punto de vista mecánico que apostar por tu equipo favorito.
· El juego online es en España una actividad ultra regulada y los operadores disponen de fuertes medidas de protección al usuario y contra el blanqueo de capitales. De ahí que los apostadores de Aranda lo hicieran con casas extranjeras (sus cuentas estaban bloqueadas en España). Veamos algunas de estas medidas:
1. Cuando los usuarios se registran en un operador online, sus datos son enviados en tiempo real a la Dirección General de Ordenación del juego para la validación de estos. Si el jugador se ha autoexcluido o es menor, no puede registrarse.
2. Todas las transacciones son monitorizadas por organismos del Gobierno.
3. Por si no fuera suficiente, llegados los 150€ depositados, el usuario tiene que mandar a la casa de apuestas una copia de su DNI, carnet de conducir o pasaporte como doble verificación. De lo contrario no puede ni seguir jugando ni sacar dinero.
4. Después de esto, el usuario tiene unos límites predefinidos de 600€ al día, 1500€ a la semana y 3000€ al mes. Si quiere incrementar estos, deberá pasar un examen y esperar 7 días para superar dichos límites en caso de ser aprobado.
5. Cuando el usuario llega a los 2000€ depositados, los operadores realizan además una tercera validación, y piden a sus usuarios que envíen una prueba de residencia. (facturas de electricidad, de teléfono etc). De no superar este proceso, los usuarios no pueden seguir jugando.
6. Superados todos estos límites, algunas empresas como Betway, piden además información adicional a sus usurarios como nóminas o justificantes bancarios para confirmar que pueden permitírselo, de no ser así, no se les deja seguir jugando.
7. Los usuarios solo pueden apostar durante el partido, como máximo la cantidad de dinero que tenían en su cartera de apuestas al comienzo de este.
8. En el caso de las tragaperras y para evitar el juego compulsivo, el usuario online tiene que introducir un límite de tiempo y dinero que va a jugar antes de comenzar.
9. Todas las casas de apuestas online disponen de mecanismos antifraude que monitorizan en tiempo real a qué se está apostando y cuánto. Si se detectan apuestas sospechosas se cierran los mercados y se comunican las sospechas a los organismos pertinentes. Siendo esté con frecuencia el punto de partida para muchas investigaciones.
· Existen más medidas de las aquí nombradas, pero con esta información se observa que, efectivamente, al ser un mercado regulado, se trata de un entorno seguro. De hecho, en el sector se habla de negocio “sano” cuando que dispone de muchos usuarios apostando cantidades pequeñas frente a un negocio basado en pocos jugadores de mucho peso. Esto es tanto por la volatilidad de este segundo modelo, como por la repercusión que un mal caso puede generar. Tras 10 años en esto, puedo garantizaros que por norma general todos los operadores apuestan por el juego recreacional como garantía básica de supervivencia.
Soy consciente de que este artículo, como todos los que escribo relacionados con este sector recibirá sus críticas, pero me limito a exponer estos puntos con el fin de dotar de información a aquellos que quieran opinar al respecto. A fin de cuentas, vivimos en una sociedad de mercado libre regulado y siempre he pensado que antes de linchar hay que informarse y que es sin duda mejor educar que prohibir.