El sector del juego cántabro está viviendo una situación insostenible. Ya son muchos los meses que los negocios están cerrados. Ahora parece que se está viendo la luz y el Ejecutivo autonómico anuncia que los locales de juego están a expensas de contabilizar siete días seguidos en nivel 2 de alerta. Pese a que en breve puedan abrir, pues la virulencia epidemiológica está decayendo, las cosnecuencias para la industria son muy graves.
"Cantabria durante el 2.020 vió mermado su parque de máquinas en unas 140 unidades –algo más de un 4 %-, sin embargo, no se produjeron más bajas definitivas porque las empresas, al desconocer el número exacto de cierres definitivos de locales de hostelería realmente acontecido, “ad cautelam” optaron por esperar a la reapertura de dicha actividad para tomar una decisión final. En cualquiera de los casos y una vez reabierta la hostelería, el escenario más favorable que manejamos es que, al menos, otras 250 máquinas tendrían que ser retiradas al almacén, pudiéndolas mantener en función de la evolución en que se produzca la ansiada recuperación económica y especialmente, de las medidas paliativas tributarias que se pudieran implementar temporalmente para soportar este parque inerte, siendo todos perfectamente conscientes de que en caso de que no se adopte solución alguna, no quedará más remedio que darlas de baja definitiva, a las que podrían seguirlas muchas otras más", señala Luis Cobo, secretario general de la asociación ACEO.
De momento el Gobierno cántabro ha solicitado a ACEO distintos datos e informaciones sobre las pérdidas producidas y demás circunstancias con la posibilidad de incluir al sector en su plan de ayudas.
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